
La práctica de etiquetar a los usuarios puede resultar útil para reconocer sus diferentes comportamientos, pero es obvio que realmente no se puede acotar en número todas las actitudes o reacciones de las personas, y mucho menos encasillar (todos somos a veces un poco ‘ultras’ y un poco ‘dippers’) o dividir a la comunidad, cosa que además es poco constructiva.
Pero una vez que tenemos identificados los comportamientos de las personas, el siguiente paso es tratar de conocer un poco el origen de los mismos, dado que puede algunos pueden tener una explicación sencilla, otros una un poco más compleja, y otros simplemente no tener solución posible (a nuestro alcance, claro).
Los comportamientos que mejor conocemos, aunque parezca mentira, son los de provocación de los denominados ‘trolls‘, sobre los cuales se han publicado numerosos artículos, blogs, manuales… La realidad es que existe tal cantidad de trolls debido únicamente a que existen a su vez una variedad casi infinita de motivaciones que la pueden causar (intereses profesionales, inferioridad, anonimato, humor, rabia…), en su mayoría relacionadas con sentimientos tan importantes como el enfado, la diversión y la experimentación. Son buenos los consejos clásicos de no alimentarlos (ignorarlos) e identificarlos rápidamente para que no cunda el ejemplo, tratando de hacer efectivas las normas para todo el grupo.
Otro de los comportamientos habituales en las redes sociales es el de la extensión de bulos. La gente difunde a menudo rumores sobretodo con información negativa. ¿Por qué se produce? La respuesta puede estar en un interesante estudio del Instituto Stevens de Tecnología, dado a conocer por iRescate, que concluía que este tipo de información se propaga fácilmente, y que son las personas que piensan más en sí mismas y que se ponen menos en lugar de los demás las que difunden más impulsivamente las informaciones falsas. Trabajar esa empatía sería, pues, la clave para ayudar a reducir los bulos en las rede sociales.
Y por analizar brevemente otro comportamiento totalmente diferente, veremos el caso de los usuarios influyentes, esos que preocupan tanto a empresas y gobiernos. Se trata de personas que tienen mucha influencia en el comportamiento de los demás, por su posición o su opinión. Según Rogers (2003) estos usuarios son de naturaleza innovadora, y se caracterizan por estar permanentemente al día, por lo cual tienen una capacidad alta de anticipación, y son bastante participativos. Sus motivaciones para actuar: informal o espontánea, por simpatía, amistad…, totalmente altruista; remunerada; experiencia positiva o negativa.
Tener en cuenta el origen de los comportamientos en las redes sociales nos ayuda a comprender su funcionamiento, y por tanto a tomar medidas para mejorar las relaciones en la comunidad.
Para saber un poco más:
– Lee este post de Miguel del Fresno sobre los usuarios influyentes en el Análisis de Redes Sociales.
– Consulta el documento de investigación «El nuevo líder de opinión en la web 2.0».