El ataque con armas químicas del presidente sirio Bashar Al-Assad hacia su pueblo, y la posterior decisión del Presidente de los Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, de atacar su régimen, han devuelto la terrible situación de la guerra de Siria al primer plano de la actualidad en los medios de comunicación. El estado del país es de gran emergencia, con cientos de miles de muertos y más de dos millones de refugiados. En este escenario, los activistas que tratan de denunciar todo cuanto sucede en Siria, están sometidos en las redes sociales a un complicado armazón, con un ciber-ejército que les vigila y que, si es preciso, tiene capacidad para aislar totalmente el país.
Internet en Siria
El acceso a Internet está controlado por dos compañías del régimen de Al-Assad, y en cualquier momento bloquean las palabras clave que les interesan. El sistema creado además, garantiza el registro de la actividad en Internet de los usuarios, la obtención de copias de correos electrónicos, el registro de todas las páginas web visitadas, la vigilancia de foros… y, por supuesto, extienden sus tentáculos a las redes sociales que, curiosamente hasta febrero de 2011 (comienzo de la primavera árabe), estuvieron bloqueadas en Siria.
El control sobre las redes sociales
Las redes sociales más importantes (Facebook, Twitter y Youtube), comenzaron a estar disponibles, y hay pruebas de que desde 2011 el gobierno sirio ha realizado ataques «Man in the middle» muy sofisticados, gracias a la obtención de los datos de los usuarios en Facebook. El Gobierno también tiene acceso a conversaciones en Skype, e incluso se lo ha llegado a admitir sin ningún rubor a algún activista detenido y torturado.
El método para realizar esta vigilancia suele ser utilizando técnicas de ingeniería social. Se hacen pasar por una persona de confianza (que suele ser algún detenido), le piden información personal, o en otros casos sugieren a la víctima hacer clic en algún enlace que presuntamente es un documento o vídeo interesante, y de esta forma consiguen instalar el software espía. También se han detectado páginas falsas de Youtube en las que pedían la contraseña para realizar comentarios.
No faltan pruebas de que han habido otros intentos de phising en páginas de Facebook de la oposición siria, insertando comentarios con enlaces que instalaban aplicaciones que supuestamente reforzaban la seguridad en la red social, y sin embargo lo que permitía era obtener datos de acceso a las redes sociales.
La defensa de los usuarios sirios
Ante este inmenso control, Reporteros Sin Fronteras recomiendan medidas básicas de protección que están al alcance de cualquier usuario, y de las que todos debemos tomar nota, dado que en ningún país estamos exentos de tener estos problemas. Aquí apunto algunas de ellas:
- No instalar software recibido por correo electrónico, ni de ninguna página web que no sea «https».
- Revisar habitualmente el software que tenemos instalado.
- Cada vez que se envían datos en Internet utilizando un formulario es indispensable utilizar protocolos https. Si no, todos los datos se transmiten sin cifrar, con los riesgos que ello entraña.
- La Electronic Frontier Fundation recomienda instalar la extensión «httpseveruwhere» en Chrome o Firefox, que nos redirige (si existe) a la versión cifrada de la web a la que queramos acceder, y da alertas de seguridad en el caso de que haya un ataque de phising.
Conclusión
Desde la explosión de las redes sociales, los gobiernos de muchos países tratan de restringir las comunicaciones, cercenar y limitar la libertad de expresión también en estos medios. Los ciudadanos tenemos que informarnos y tomar medidas para que prevalezcan nuestros derechos más allá de sus intereses. Y lo podemos lograr, empezando por adoptar rutinas de precaución, así como organizándonos y denunciando los abusos de las empresas y de los gobiernos que atenten contra esos derechos, como ya lo hacen algunas asociaciones y colectivos.
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