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Foto de Aikawa Ke |
Ha pasado una década desde la irrupción de las redes sociales. Algunos empezamos más o menos por aquel entonces, mandando mensajes en Myspace a las bandas molonas que descubríamos en las revistas de música, o subiendo fotos to’ locas (pero no canis, eh?) a nuestro Fotolog,… En fin, no me quiero poner en #modoAbueloCebolleta de las redes sociales, lo que vengo un poco a contar hoy es mi punto de vista sobre la evolución del usuario, y para hacerlo más ligero os quería sacar al menos una media sonrisa en estas primeras líneas, para que luego encajéis mejor lo que venga 😉
También existen diferentes clases en las redes sociales, donde se ven bastante bien reflejadas las diferencias, tanto económica como ideológicamente. A pesar de todo, el usuario complementa a la persona, y no se puede conocer completamente (si es que eso es posible) a uno de los dos sin conocerlos a los dos. Por eso, si por ejemplo sigues a una persona en Twitter desde hace años y crees que sabes perfectamente cómo es… eres bastante ingenuo/a.
Otro caso: los usuarios de Tuenti… Pegó muy fuerte, pero unos años después inauguró el «corral de los quietos» de las redes sociales. Lo sé, ahí he jugado sucio, no sé si vale el ejemplo ;D
Como decía antes, los usuarios no paramos de evolucionar en las redes sociales entre otras cosas también porque éstas nos obligan, al estar en fase beta permanente. Es verdad, a veces nos quejamos de sus múltiples cambios, cada semana sale como mínimo una novedad en alguna de ellas que nos trastoca, y para mí ahí está la gracia que nos puede mantener activos, y un difícil reto para los desarrolladores: que la red social mute constantemente, sin perder la esencia original.
Por otro lado, coincido con Roselló en que estamos en una etapa de maduración 2.0… a medias. Hace años que proliferan los cursos de redes sociales por doquier, y rara es la persona que no ha asistido nunca a uno en su biblioteca, asociación, empresa, etc. Esto, sumado a la experiencia aprendida con la práctica como usuarios, ha ayudado a buena parte de las personas a aprender mucho.
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Dibujo del artista polaco Pawel Kuczynski www.pawelkuczynski.com |
Sin embargo es llamativo como todavía hay gente que ha hecho todo eso, y sigue torturándose alimentando a los trolls a base de bien, o cayendo en timos de sorteos fraudulentos a simple vista, o publicando tuits, fotos y vídeos que comprometen su seguridad o su marca personal… ¡incluso con asesores! Al final, en esto no hay mucha diferencia con el mundo offline, donde todavía hay personas engañadas que compran un colchón de 5000 euros porque «mejora sus niveles oxígeno en la sangre» (WTF), o que en elecciones vota a una marca, independientemente de lo que proponga… a veces incluso sin programa, #oletú.
¿Vamos siendo más desconfiados en las redes sociales? ¿Han cambiado nuestros hábitos, y nuestro comportamiento? ¿Qué opináis? Yo en general creo que sí, que muchas personas van cerrando puertas y ventanas en las redes sociales motivados por la inseguridad que les inspiran. Ante la responsabilidad de no dominar del todo la configuración de privacidad de las redes, o de saberse vigilado (incluso multado y arrestado por el Estado como puede suceder con la Ley Mordaza) y de tener que ser consecuente con lo publicado, buena parte de los usuarios ha derivado en no usuarios. Y en este aspecto hay redes sociales poco afectadas como Linkedin, y en mi opinión un gran perdedor: Facebook.
Pero también tengo una conclusión muy buena: después de todos estos años, veo usuarios utilizando las redes sociales de forma íntegra, ya saben lo que quieren de ellas y le sacan muchísimo jugo. Se moderan o se explayan a su antojo, disfrutan de los contenidos de otros, son responsables y asumen esta responsabilidad como parte de su vida y de su día a día. Y esos tienen todavía mucho que aprender de los demás, pero también con su ejemplo pueden ayudar a muchos a mejorar.