El post que cierra este blog de forma indefinida, como ya os comenté hace unas semanas, es la última de las entrevistas que he realizado. Os presento a Alexia Luiña, una bibliotecaria-archivera luguesa que trabaja actualmente en el Centro Oceanográfico de Vigo, y con la que retomé el contacto gracias a las redes sociales. Dada su formación (Diplomada, Licenciada y Doctora) y experiencia, he aprovechado para hablar con ella sobretodo de archivos y de la relación de estos con el ámbito de los medios sociales. El resultado… la siguiente entrevista:
La difusión a través de Internet debe estar debidamente planificada. Sin lugar a dudas, ésta era nuestra principal preocupación, puesto que los proyectos con los que se financiaba el archivo tenían un inicio y un fin determinado, por lo que la continuidad no estaba asegurada. De todos modos, pasado el tiempo, estoy convencida de que dar el salto a las redes sociales valió la pena.
«En redes sociales la planificación y la difusión fueron diseñadas para que las administraciones que financiaban el proyecto vieran su impacto«
A.L.: Sí, cada año se está celebrando más el Día Internacional de los Archivos. Iniciativas como ésta son muy necesarias para visibilizar los archivos y dar a conocer nuestra profesión. Como no podía ser de otra manera, los archivos y los archiveros están aprovechando las posibilidades de las redes sociales para conseguirlo. Quizás, los archivos han tardado más en comprender el potencial de las redes sociales como medio de difusión de sus fondos, servicios y actividades que otras instituciones culturales, como pueden ser las bibliotecas. Sin embargo, creo que ahora mismo se está llevando a cabo un plan de difusión extraordinario que implica la interacción de los archivos con perfiles y temas de interés general, como pueden ser las series históricas Isabel o El Ministerio del Tiempo. Me parece también muy loable que esta difusión se lleve a cabo tanto individualmente por profesionales, un buen ejemplo es José Luis Muñoz Romano (@jlmunozr), como por las administraciones como es el caso de los Archivos Estatales. Esto último me alegra especialmente, ya que la Administración a menudo es resistente al cambio y su organización jerárquica la hace poco flexible a este tipo de iniciativas que requieren de trabajo en equipo y creatividad.
Los archivos no se libran del poder viral de las redes. Tras las elecciones municipales de este año, recuerdo la gran repercusión en Twitter y Facebook de multitud de imágenes de muchos Ayuntamientos en las que aparecían bolsas y contenedores llenos de documentos supuestamente destruidos en los Ayuntamientos, lo cual resulta preocupante. ¿Hay mucha desinformación al respecto? ¿Crees que las redes podrían servir a los archivos para tranquilizar o alertar sobre su gestión, o aún no tienen la presencia suficiente?
![]() |
El infografista de Cuatro, Santiago Romero fue uno de los muchos periodistas que se hicieron eco |
A.L.: Sin lugar a dudas esas imágenes son lamentables: Creo que la legislación es muy clara con respecto a la destrucción de documentos públicos, pero parece que cuesta aplicarla. Quizás sería necesario que los archiveros ejercieran una intensa labor de formación del personal al servicio de la Administración para concienciar desde dentro. Desgraciadamente, son pocos los archiveros y muchas las funciones que tienen que llevar a cabo. Tenemos la obligación de hacernos valer y explicar a la sociedad por qué somos necesarios, no solo como conservadores del patrimonio documental, que esa función ya la tienen clara, sino como garantía de transparencia. Las redes sociales, como escaparate que son, son un buen medio para mostrar a la ciudadanía esas otras funciones de los archivos y el valor de los documentos como medio de prueba.
«Se piensa que los archivos son sólo para investigadores eruditos… ¡por eso hay que mejorar los planes de marketing!«
A.L.: Tienes toda la razón, falta cultura en el uso de los archivos. Se piensa que los archivos son solo para investigadores eruditos. Por eso es necesario mejorar los planes de marketing. En el ámbito concreto de las redes sociales, su filosofía es precisamente esa, que el emisor de la información y el receptor interaccionen. Ése debe ser el ideal al que un plan de medios sociales debe aspirar. Sin embargo, creo que los archivos todavía no han llegado a alcanzarlo. Se ha conseguido que los profesionales y los archivos estén en las redes sociales y que participen en temas de actualidad e interés general. De todos modos, en mi opinión falta que el ciudadano interaccione con preguntas, sugerencias y comentarios. Incluso que los archivos ofrezcan servicios a través de las redes sociales… no sería nada descabellado. Creo que ahí está el reto y que hay muchos profesionales con ganas y creatividad suficiente para conseguirlo.
Una de las críticas fundamentales hacia las redes sociales es la volatilidad de la información que se publica en ellas. Para mi tal vez el peor ejemplo es Facebook, en el que es muy difícil localizar una información sin salir de su web, y uno bueno podría ser Twitter (aunque puede que en breve se anuncie la posibilidad de editar tuits, alterando notablemente su valor). ¿Crees que todo esto se debe a que estamos todavía en una fase temprana en la que no se contempla lo suficiente la recuperación de la memoria en las redes, o que simplemente es una característica innata de las mismas?
A.L.: Personalmente, creo que se debe a que toda esta revolución en los medios de comunicarnos se ha desarrollado demasiado rápido y todavía quedan muchas cuestiones por definir. Son cuestiones que se van a ir puliendo con el tiempo. Conservar la memoria en las redes nos ha preocupado en casos concretos como en el 15M o en las últimas elecciones municipales, y algunas instituciones documentales se han encargado de ello. Sin embargo, a nivel global, creo que el problema está todavía por resolver.