Si estás leyendo este post, probablemente hayas llegado atraído por la idea de conocer la genialidad que mereció tal cantidad de Me Gusta. Puede que hayas pensado que podría ser algo tremendamente imaginativo, trabajado, cuidado, ingenioso… o a lo mejor pensaste que tiene que ser un engaño. Si fue lo segundo, enhorabuena: efectivamente, se trata de un engaño masivo.
Leyendo sobre hoaxes en Facebook me he topado con la historia, contada por Media Culpa, de una página que se dedica a engañar burdamente a su extensa comunidad, haciendo llamadas a la acción bastante ingenuas, pero creando un efecto brutalmente viral. Es el caso de la publicación de la que hablo en el título: con ella, han conseguido más de 4 millones de likes, llamando la atención de la curiosidad de la gente con la pregunta: «¿Qué pasa en la imagen después de que hagas click en «Me Gusta»?
Obviamente no sucede absolutamente nada al darle al Me Gusta. La verdad es que cuesta trabajo creer que pueda haber tantísimas personas cayendo en esto. Y desde luego, una vez que descubres el engaño, lo más inteligente sería hacer click en «Ya no Me Gusta» ( :S y seguramente tendrían muchos más likes de no ser por esto!). Pero bueno, la mayoría de la gente aceptará de buen grado haber picado.
En esta página tienen en poca estima a sus seguidores, dado que hay otras publicaciones que no tienen desperdicio. Como esta, bastante «ingeniosa» también, en la que afirman que «el último comentario, ¡gana!»…
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47.702 comentarios, y subiendo. ¿Que se gana? ¿Cuando
acaba el concurso? Ehm… ni idea 😀 / fuente: kullin.net
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La finalidad de mi artículo de hoy era actualizar un poco la variedad de engaños que existen en Facebook, aunque todavía me sigue sorprendiendo la cantidad de gente que cae en los más típicos, y que suelen estar asociados a causas humanitarias.
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Esta campaña afirma que Facebook donará 1 dólar por cada vez
que
compartamos
esta publicación… Por supuesto que eso
no sucederá, lamentablemente / fuente: digitaltrends.com
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Estos son los que más me molestan, porque si bien la crueldad de quien genera estas «granjas de likes» (después cambian el nombre de la página, o los venden) no tiene límites, los usuarios de las redes sociales también tenemos que reflexionar al respecto, y ver que podemos hacer para que, una vez que ya somos conscientes de que estos engaños existen, dejar de caer en ellos. Hay que darle importancia a esto. Ya no sólo porque nos preocupe sentirnos engañados, sino porque con nuestras acciones amplificamos el bulo, no ayudamos a nadie más que a estos sinvergüenzas, y además podemos llevarnos de regalo algún virus o regalar nuestros datos personales, por ejemplo.
¿Qué podemos hacer los usuarios? Mucho.
Lo principal, como he dicho otras veces, utilizar el sentido común. Pararse a pensar, no ser tan impulsivos… Muchas veces siempre tenemos algún resquicio de duda, porque la información cojea por algún lado, y es por ahí por donde debemos empezar a tirar del hilo para averiguar si se trata de un engaño o no. Creo que nuestra responsabilidad como usuarios la resume bien Fran Berkman en su artículo «Cómo detener un hoax de Facebook»:
1. Ser parte de la solución: Si somos ciudadanos de la red, y estamos continuamente haciendo periodismo ciudadano, debemos asumir las responsabilidades del oficio. Y esto consiste en intentar activamente, entre todos, hacer de Internet un espacio donde la desinformación cada vez lo tenga más difícil.
2. Investigar las fuentes y comprobar la información: Si las dan, obviamente, hay que ir a la fuente. Sino, hay que buscarla. A veces no tiene más misterio que hacer una simple búsqueda en Google para destapar el engaño, pero otras es más complicado, y la vasta cantidad de medios de comunicación que existen en Internet buscando la inmediatez en la información, consiguen muchas veces desinformar aún más. Si después de buscar, no logramos salir de dudas, no hagamos caso de la información.
3. Compartir los resultados: Haz que tu investigación no sólo sea útil para ti, comparte tus resultados con tus amigos en las redes sociales o publícalos en tu blog. Berkman también recomienda también ser cuidadoso en la redacción, para que la gente capte rápidamente el problema. También tener delicadeza cuando corrijamos o alertemos a alguien sobre el engaño en el que está incurriendo, sobretodo si se trata de una persona que no suele hacer spam, dado que todos hemos cometido errores en este sentido alguna vez.
4. Informar a las redes sociales: Es importante denunciar estas prácticas a la red social donde se esté haciendo: Facebook, Twitter,…
Sin duda sería iluso pensar en unas redes sociales libres de gente que se aprovecha de los demás, desde luego, pero podemos contribuir a ponérselo mucho más difícil para actuar, ¿verdad?