Después de la publicación de las primeras entrevistas (con Lidia Bartolomé, e Ian Clark) os tengo que dar las gracias a todos por la buena acogida de la sección en el blog. Me alegro mucho de que os resulten tan interesantes como a mi 🙂
Ana Andueza: Creo que en el momento en que nos encontramos las redes sociales forman una realidad paralela al mundo en el que nos movemos, y su utilización en todos los sectores de la vida cotidiana terminan creando comunidad. Identidad colectiva.
Esta popularidad de las redes no es ajena al ámbito de las bibliotecas. Y, si bien en un primer momento se asomaron tímidamente a nuestro mundo, hoy se han convertido no sólo en un sistema de trabajo más, sino también en una nueva forma de ofrecer los servicios propios que le competen a la biblioteca como tal.
En todos los sectores ha habido recelos sobre este tipo de tendencias, y el ámbito bibliotecario no es ajeno a este hecho. Pero… las resistencias al cambio se han vivido continuamente a lo largo de la Historia. ¿Qué hubiera pasado si los detractores de la imprenta se hubieran salido con la suya?
Creo que el uso de estas herramientas en las bibliotecas no hace sino mejorar la misión de acercamiento a la sociedad en general a través de nuevos cauces, ofreciendo nuevas formas de comunicación y, lo que me parece más importante, de interacción con nuestros usuarios.
«Las resistencias al cambio se han vivido continuamente a lo largo de la Historia. ¿Qué hubiera sucedido si los detractores de la imprenta se hubieran salido con la suya?»
A. A.: El modelo actual de biblioteca está orientada a ofrecer sus servicios de dentro hacia afuera, en un esfuerzo por acercarse a los ciudadanos y establecer lazos de fidelidad con ellos. La comunicación ha de ser directa y fluida, y la biblioteca ha de avanzar y evolucionar a la par que sus potenciales usuarios.
Para el profesional de las bibliotecas, creo en el papel de las redes sociales y en sus múltiples beneficios para la biblioteca como igualadora de oportunidades, facilitadora del cambio, escaparate de la creatividad, centro de recursos y formadora en el uso de los mismos. Trabajar con estas herramientas es una forma eficaz de maximizar nuestra presencia, de aportar algo más a lo que tradicionalmente viene aportando una biblioteca pública. Y, sobre todo, permiten una relación diaria entre bibliotecas, el trabajo cooperativo y contribuyen a un proceso de mejora continua, al permitirnos interactuar con nuestros seguidores y retroalimentarnos con sus opiniones.
A. A.: Creo que una biblioteca cuyo objetivo final es el usuario, siempre está preparada para este fin, sea cual sea la metodología empleada. Pero no podemos obviar las limitaciones a las que muchas bibliotecas se enfrentan: falta de recursos materiales, económicos, de personal…
«Creo que una biblioteca cuyo objetivo final es el
usuario, siempre está preparada para comunicar
y gestionar la comunidad»
Creo que en buena parte de los casos las bibliotecas se convierten en buenos comunicadores más por perseverancia e implicación de su personal que por los medios con los que cuentan. En muchos casos no existen las herramientas adecuadas para dar solución a las muchas demandas de los usuarios.
Los recortes presupuestarios han puesto en jaque a muchas bibliotecas que no tienen oportunidades de formar a su personal, ni de tener material adecuado para realizar algunas de sus funciones básicas, como es la de procurar formación e información a nuestros usuarios. De otra parte, también son muchos los usuarios que no están familiarizados con estas estrategias de comunicación. La brecha digital en la sociedad es cada vez mayor y, si bien la venta de dispositivos digitales se dispara año tras año, veo lejos el hecho de que la biblioteca pueda llegar a los ciudadanos más fácilmente. En general, para unos y otros, veo necesaria la labor de formación.
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Iniciativa reciente de parte de la comunidad bibliotecaria en respuesta a un denigrante artículo de opinión en el diario El Mundo |
A. A.: En mi opinión, el clicktivismo no es sólo firmar en apoyo de una determinada acción y desentenderse de todo. Quiero decir, no estoy de acuerdo con esas personas que piensan que el hecho de apoyar una u otra causa de forma virtual sea una forma de lavar conciencias para esas personas que no salen a la calle a protestar, como he oído en algunas ocasiones bajo el término “activismo de sofá”. Vivimos demasiado rápido, todo es para ayer y existe más cantidad de información de la que podemos procesar. Para mí, el hecho de apoyar una campaña que una persona u organización comienza en defensa o protesta por algo implica que las personas se interesen por un tema que no por ajeno a ellos sea menos importante. Internet y las redes sociales hacen que estas actuaciones lleguen a muchas personas y que estas tomen conciencia de lo que ocurre en determinados lugares. En muchos casos, los temas que se exponen son desconocidos porque no suscitan interés para los grandes medios de comunicación bien porque afectan a una minoría, bien porque son contrarios a determinadas opiniones o porque tienen censurados determinados temas. Por eso, entiendo que participar en estas acciones supone no sólo tomar conciencia de ello, sensibilizar y formar parte de la ciudadanía.
A. A.: En primer lugar creo que dentro del paralelismo entre las dos realidades, la virtual y la real, debe primar ésta por encima de todo. Es nuestra comunidad, en la que nos encontramos nuestro principal objetivo, al que hemos de dirigir nuestro trabajo.
Es a la hora de dirigir este trabajo cuando las redes nos pueden ser de gran utilidad. De cara a nuestros servicios, son muchas las cosas que podemos hacer para atraer usuarios desde las redes. Se debe considerar a estos usuarios como un colectivo más, al que se pueden dirigir nuestro trabajo de forma específica, ofreciendo servicios de difusión como blogs dedicados a temas concretos, recomendaciones, foros de debate, wikis en las que se incida en temas y autores locales, centros de interés virtuales, tablón de anuncios o de quejas, concursos, consultas, calendario de publicaciones y actividades, novedades en la biblioteca,… se trata de ofrecer los mismos servicios que de forma presencial, y lograr aliados dentro de nuestro ámbito, creando una identidad colectiva y humanizando, así, ese amplio espacio en el que se tejen tantos proyectos de tinte individual.