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by Craighton Miller |
Cada día, probablemente cientos de personas dan conferencias sobre redes sociales en el mundo. En muchas de ellas, empezarán preguntándole al público: «si tuvierais que definir con una palabra a las redes sociales en Internet ¿cual sería?» y probablemente varias personas estarán contestando la inmediatez.
Y es verdad, sobretodo en España donde somos campeones en número de dispositivos móviles, que la inmediatez en la comunicación cada vez es mayor. Tanto, que para muchas personas está resultando un problema, tan serio que consigue aumentar el rechazo hacia estos sistemas.
Ya sabemos que nuestra sociedad en el contexto tecnológico está divida, explicado a grandes rasgos, en inmigrantes digitales, es decir, las personas que han vivido el cambio tecnológico de las últimas décadas; y nativos digitales, los que han nacido con los mayores avances ya implementados. El proceso de adaptación, por tanto, es diferente, dado que la asimilación del aprendizaje es mayor en edades más tempranas, cuando estamos poniendo las bases de nuestra educación. Es en este punto donde quería expresar mi opinión acerca de la gestión de la inmediatez.
La base para una buena gestión de las redes sociales está en la formación. Aunque nuestra sociedad está dividida, existe un problema en común en este sentido, y es en el ámbito educativo. Para las personas que no han nacido con un móvil en la mano, y mucho más a las que son de por sí reacias a los cambios, la avalancha de inmediatez que suponen las aplicaciones, con todas sus notificaciones asociadas y pre configuradas, son algo muy difícil de asumir, que les avasalla, como comentaba anteriormente.
Pero para los nativos digitales, que no han asistido a ningún cambio, la falta de educación en el uso de las redes sociales conlleva graves problemas. Son niños y jóvenes que las utilizan con facilidad, a las que no supone demasiado problema que tengan docenas de alertas de Tuenti, 5 menciones y 8 retuits en poco rato, y decenas de grupos de Whatsapp, por ejemplo (es más, a muchos les encanta)… pero la dificultad está en distinguir el problema real: no son conscientes de la rápida y descontrolada introducción en los medios sociales que vivieron, y publican su intimidad sin ningún reparo, y la intimidad de otros incluso, o compran compulsivamente, o se desinforman – y desinforman (viralidad)-, y un importante etcétera de problemas y vulnerabilidades.
Es claro que todo es producto de la rapidez de consumo que se ha implantado en apps y redes sociales, un proceso bastante acelerado, en gran medida por el desarrollo de las tecnologías móviles y el progreso económico en este sector, y al que nos hemos introducido sin mucha precaución en muchos casos, y sin la formación adecuada en casi todos.
Por eso, es importante la educación en la gestión de esta inmediatez, y eso es responsabilidad de todos: empresas, gobiernos, y por supuesto las personas, que tenemos que ser conscientes de que las redes sociales no son un mundo ni mucho menos fácil e inocente. Eso nos permitirá disfrutar de ellas para nuestro ocio, para nuestro trabajo, o para lo que queramos, de forma más segura, útil y productiva.